Saturday, July 30, 2005

Yo sí .... tú no

El que Pepe Yuraszeck y sus secuaces pidieran prestadas unas pocas lucas para pagar una multita por el fraude que los enriqueció de por vida -a ellos y a varias generaciones más- no es producto de la casualidad, sino consecuencia lógica de su pertenencia al poder. El viejo dicho de que con plata se compran huevos volvió a aplicar. Yuraszeck pertenece al poder económico y alterna con las élites a las que los simples mortales, esos que estamos afectos a impuestos, que cotizamos en las AFP, que sacamos bonos y somos suceptibles a los partes de tránsito por mal estacionado, jamás nos acercaremos. Porque las parcelas del poder se sustentan mutuamente. Distinguimos el poder político, fauna inexpugnable conformada por un grupo de amigos que son capaces de aprobar en veinticuatro horas una ley que tape el condoro de uno de sus pares, que van a trabajar cuando les place, se suben los sueldos a sí mismos y dictan leyes donde ellos quedan excluídos. Está el poder militar, capáz de imaginarse en determinados momentos que el sable de mando es el equivalente a las tablas de Moisés y sumirse en una borrachera delirante en la que por un tiempo se es dueño de la vida y la dignidad ajenas. Y sus colegas del poder eclesiástico, retrógrados al punto de preferir la muerte del enfermo antes que admitir la utilidad del condón, predicando moral con los pantalones en los tobillos, mientras protegen descaradamente a la mayor congregación de pedófilos y abusadores que haya existido. Y volviendo al principio de esta reflexión, el poder económico, que al final del camino siempre estará recordándonos que bajo su óptica todas las cosas, todos los valores y todos los principios, tienen precio y que ellos pueden pagarlo. Y ese es nuestro mundo, aquel donde habitan los ciudadanos de segunda, carentes de poder y suceptibles de ser aplastados al primer intento de defensa, y los ciudadanos de primera, aquellos que tienen un partido que los protege, esos que nunca están cesantes, los que cumplen condena en el regimiento, con ordenanza, tv cable, celular y putas el viernes en la noche, los que cuando manosean un cabro chico son trasladados a un pueblo donde no se editan diarios y la radio es AM, esos que pueden pagar cincuenta y seis millones de dólares sin arruinarse y que, pese a haber sido condenados, seguirán alternando en el poder sin que se les arrugue la camisa de mil dólares. Es impresionante lo que se hace por llegar al poder. Basta preguntarse porqué un médico exitoso abandona su profesión para ser senador. ¿vocación de servicio? Sí un millonario es capáz de arriesgar su fortuna por un cargo que paga un décimo de lo que gana unos de sus gerentes, es porque en el entorno del poder hay mucho más que dinero. Y quien esté dentro hará todo por permanecer, protegerá a su enemigo, cubrirá al culpable, botará pruebas, pagará por silencio, transará valores y mirará al cielo cuando vea la falta, pero siempre estará propiciando que sus pares le deban un favor, ya que esa cuenta corriente alarga la vida útil. Estando en el poder se es ciudadano de primera, de los que se pueden dar los lujos que recita Rubén Blades en una vieja canción. "...importan poco las imprudencias de Don Billete cuando borracho, sólo se expresa con palabrotas; según Carlota porque es la moda de los burgueses. Si yo lo hiciera, me colgarían por las pelotas..."

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